viernes, 29 de enero de 2010

De otros

Textos de Rodrigo Muñoz




Animales mecánicos


En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Estos datos bíblicos, me son suficientes como para contar mi verdadera historia. Los mismos supondrían un relato fantástico. Yo, sin embargo, creo haber tenido una revelación respecto del tema. Hablo de unos seres que poblaron la tierra mucho antes que Adán y Eva, llamados Aeriales. Para convalidar mi historia no lo hago a modo de fábula, sino que certifico mi representación como un hecho verídico del pasado.
Luego de haber sido creados los cielos y la tierra, una entidad superior bajó desde el firmamento a las aguas. Engendró un ser primordial, capaz de auto procrearse en masas. Esto es lo que sucedió el primer día.
Al segundo día los seres Aeriales imaginaron cada uno un espejo, siendo ya en la tierra y no en el agua, nueve habitantes. Al mirarse reflejados, se supieron perfectamente bellos. Vieron su imaginación en él, a través de sus pupilas proyectando un océano de admiración. Tal es así que pudieron divisar todas las formas del futuro, los seres más extraños que aún hoy nosotros desconocemos, las firmas y rúbricas de todos los hombres que vendrían en un próximo tiempo, como así también una horda de panteras, tigres y aves exóticas del Arca de Noé.
Estos Aeriales, tenían un aspecto de palidez en su piel. No tenían ombligo, hecho que por pensar da como resultado la afirmación de que no descendían de madre alguna. Su esqueleto estaba hecho de una extraña aleación que formaba sus cuerpos con robustez y esbeltez. Sus caras eran como las de un demonio. Tal vez podríamos pensar en esas bestias creadas por el reconocido autor de relatos de horror H. P. Lovecraft, como algo demasiado extraño y mucho más superior que la mera contemplación del demonio.
Sucedió entonces, que comenzaron a pensar en el hecho de la existencia. No eran mas de nueve habitantes que creyeron que la reproducción de su estirpe sería azotada por las manos de su creador desconocido si engendraban mas seres y por ende mas conciencias sobre la tierra, suficientes como para custodiar todos los acontecimientos posibles y crear sobre la tierra un verdadero infierno.
Así es que estos seres comenzaron a filosofar sobre el existir y fue que no se reprodujeron. Aun más fue el hecho de que se convirtieron en dueños del paraíso que se les había otorgado. Vivieron y vivirán en ese sitio por siempre, atrapados allí sin salida, pero sabiéndose perfectos dueños de algo que nosotros desconocemos.
Yo por mi parte, creo que algún día los conoceremos y serán nuestros nietos del pasado.



de El espejo y la luna







Hombres grises


Encerrado en mi habitación
Te imagino en besolandia
En la isla de las tetas locas
Con una pirámide de partes íntimas.
Soles debutando con cadenas
Energía de mástil ceibersónica
Nueva generación sin palabras,
Ni una palabra (detrás asoma el devenir)
Boquitas cerradas con máscaras de gas
Imanes prendiéndose fuego
El mundo reclama antiflama
El mundo reclama antiflama.
De por medio los hombres grises
Abduciendo gusanos de carnada
Sinceros por obra y gracia del tiempo,
Como espacio vedado.
Zaguán de Zarathustra encanado en éxodo,
Poeta adolescente viviendo muerto
Maldad recíproca del árbol de la vida,
(que está tajeada en el ojo).


de El espejo y la luna
























Nuevo mundo


La idea de algo incomprensible, algo que nunca existió, ni se conoció acerca de su existir es tan vieja como la raza humana.
Jaime Cruz había trasoñado con esta idea infinitas veces y creía conocer las verdades esenciales que alguna vez se evidenciaron dentro de esta orbe y no en otra. La comparó con el canto de un pájaro, con el ocaso, con las transfiguraciones del cuerpo, con la gravedad, con los cielos e infiernos de este mundo para poder replicarla y así tratar de rehusar el conocimiento acerca de ello.
Una como otras noches, uno de los agentes de la “secta de los grises” lo persiguió por uno de los callejones de Tánger, en busca de lo que Jaime sabía.
En un laberíntico sitio, en las inmediaciones de esa ciudad marroquí, Cruz logró refugiarse en una habitación. El recinto estaba cubierto por una bóveda. Pateando la puerta trasera y atraído por los ecos provenientes de esa cámara, que anticipaban su caminar hacia la misma, logró ocultarse de su amenaza.
El agente traía consigo un aparato de color marrón con unos puntos blancos en una pantalla de silicio que reflejaban los pensamientos de un sujeto específico, en este caso los de Cruz.
Lo que Jaime pensaba era percatado por ese aparato. Pensó entonces, que “si todos los individuos de todos los mundos posibles se hubieran alimentado del árbol de la vida al unísono, n o cabrían las desigualdades en este universo”.
El dispositivo del agente tardó en procesar ese pensamiento. La respuesta fue poco inmediata. El agente pudo leer en pantalla: “Los que comen en este universo no son ni los más justos ni los más injustos, son los hambrientos del alma”.
Encerrado en ese espacio, Jaime meditó y luego pronunció para sí mismo un sermón que llevaría su sello, milenios mas tarde. Se lamentó de haberse creído Jesucristo, no por saberse incapaz de merecer serlo, sino porque no hay en este mundo remotas posibilidades de ser dos veces un indigno y un crucificado.
El agente miraba atentamente la pantalla de silicio del aparato. Por un momento le pareció estar custodiando el paraíso. Inmediatamente trató de penetrar en el recinto donde se encuentra el joven Cruz.
Atravesó con toda su fuerza y rompiendo en vano las paredes de la cámara; Jaime ya no estaba ahí dentro. La puerta trasera de la habitación abovedada estaba abierta y en las escalinatas que bajaban a las calles no había sujeto alguno.
Huyendo del agente, la pregunta de Cruz fue inminente: “¿Para qué?”.
El hombre gris se enfurecía por no dar con esa especie de “prehistórico virus” que representaría en una última instancia al antiguo enigma de la creación. Con esta última pregunta, (que aludía a un nuevo concepto para el pequeño disposito electrónico) el asunto quedaría aletargado.
Luego de descartadas todas las posibles ideas innecesarias de esa información provista por el adminículo, el agente reparó en constatar si lo que Jaime pensaba, se trataba acaso de una broma figurada sobre la constelación de Perseo, la cual según Jaime encerraba las respuestas al enigma que encerraba a todos los enigmas.
El aparato del agente mostró, luego de un pausado análisis, toda la información relativa al misterio.
En ese preciso momento, una miríada de viento solar comenzó a desintegrar todo aquello que se llamaba, se llama y se llamó cosmos, todo aquello que encierra a lo no encerrado y a la no forma, como así también a lo no creado.
Lo último que Jaime pensó fue esgrimido en la siguiente frase: “Ya no más” y fue arrastrado por el viento solar siendo desintegrado en su totalidad. Su sello quedó estampado en las inconmensurables paredes de la nada casual y causal de las cosas, en medio de lo que es todo y nada a la vez. Por todos los pensamientos que compusieron y compondrán a este universo se podía leer, (incluso en este manuscrito) un sermón que afirmaba algo así como: -“Curvas celestiales, los pedidos a mí mismo son monedas que están hechizadas con el encanto de… (aquí la infinita arenga dejaba ver y pronunciaba unas sílabas desconocidas dentro de este mundo), ya no más enigmas, ya no más, yo, Jaime Cruz…”. La disertación proseguía, pero sería imposible transcribirla toda, debido a su infinidad y se extendió hasta el final de todas las posibilidades de todos los mundos. Las tinieblas se hicieron. Principio y fin se unieron en los abismos. Ahora he despertado del sueño y estoy contando esta historia desde un “nuevo mundo”.



de El espejo y la luna






Poemas de Alexis Comamala


Viaje abisal
el sueño
es la garra,
la bóveda,
el punto de fricción donde todo dispara razones inciertas

*

La imagen es tu río
todo lo que fluye
lo que se disipa
lo venidero.

El clamor de tus huesos
la lengua en descanso,
tu espasmo en el agua reflejan lo que buscas.


de La noticia es el diluvio. Inédito


*

Hablando solo.

Cerrados mis ojos
imploro tu nombre.

No hay magia
solo alimento cotidiano de desgaste y circunstancia.
Una aplanadora de ideas en mi cabeza repite tu humanidad

Espalda
piernas
labios
pectorales
manos
pelo

Sentado sobre el inodoro mastico
la intensidad de tu cuerpo, toda mi existencia.

de La noticia es el diluvio. Inédito


*

Todo lo que uno piensa,
la imagen de una hormiga dejando un desierto a sus espaldas,
el resplandor de unos ojos ciegos,
un fuego en la lengua que se apaga a gritos,
toda señal que evitamos, es miedo.

de La noticia es el diluvio. Inédito


*

Todo dispara
una buena noticia,
es de mañana.
Todo el sol lastima como siempre,
Mamá sabe que todo es mentira

¿Mis miedos grandes acabaran?
¿Qué dices Mamá?
¿Mis grandes miedos acabaran?
¿Qué dices Mamá?


de La noticia es el diluvio. Inédito


*

La vida se va por el lado menos conocido,
las cosas suceden fuera del marco.


Una vez reconocí tus huellas.


de La noticia es el diluvio. Inédito


*

Murió su esposo
y por los próximos siete meses

solo balbuceo una media docena de palabras,
enmudeció por completo

balbuceo su nombre
balbuceo su cuerpo
balbuceo su vida

¡Esperó algo innombrable
que de a su llanto un rotulo!


de La noticia es el diluvio. Inédito


*


¿Hace falta aclarar algo?
¡Tengo un rebaño de esquirlas atravesando mi cuerpo!
Una guerra en la esquina es probable,
alguien decidió mi muerte anoche.

de La noticia es el diluvio. Inédito


*

El vino esta amanecido,
ya casi toda la botella esta vacía sobre la mesa.

Han pasado decenios de segundos,
sin que nadie sorbiera el último trago.

La mano quemada por los sueños,
le traen a él un nuevo vaso, casi un nuevo siglo.

Es la última uva en gotas que queda,
todo es potable en su mente.

Los viñedos embriagan hasta los muertos.


de La noticia es el diluvio. Inédito


*

Escorpión dorado

“Todos los hombres son mortales: pero
para todos los hombres la muerte es un accidente, y aun si la
conoce y la acepta, es una evidencia indebida”

Simone de Beauvoir

Glauce lleva un escorpión dorado
en su espalda desde hace un tiempo largo

su medula espinal es el barco del emponzoñado

ella viene desde lejos muriendo
viene pensando en el dios del miedo

en su ataúd, cráneo de Glauce
amanecen marcas de pinzas.


*

La amante de Esquilo

Ella posada sobre la cama de piedra
arquea su espalda como la barca de Ulises.

Es un mar indescifrable
innadable
impensable.

No eras una danaide más, sino mi danaide,
plegada sobre el lecho
que era la tumba de este orgasmo.

Yo esperaba tu coro
mi himno de vida,
eras mi locura.

Con mis ojos bien cerrados
escuchaba tus plegarias y nos ensordecíamos
Y nos disparábamos palabras con más fuerza cada vez.

Aumentaba el calor.
Aumentaba la pena.

Dionisos me ha dicho:
“Adiós, Esquilo, sal ya de aquí
y salva a la ciudad con sanos consejos
y educa a los necios que son infinitos”.

Calida y triste es la mañana en la plaza,
me das un adiós
Y ya no pensaras en otro suspiro que robe el fuego entre mis manos.


*

Tiempos de mi madre

A ella, a quién más

Durante los últimos tiempos, a mi madre
por las noches, le inyectaba morfina.

El cáncer en su páncreas,
cubría varios países de su cuerpo.
Era del tamaño de un continente de fuego,
desparramado por todo el territorio de vida.

Estaba mi tía Tere por momentos,
también Corina, la hermana que eligió mi madre
y, mi padre desviado a acompañarla día y noche.

Todos luchando
y, mi madre redoblando la apuesta al infinito.

Nosotros, a pesar de bajar los brazos,
creíamos entonces en algo;
la morfina dolía o aliviaba.

Eso no importa, es solo ciencia.

Mi madre murió antes de su dosis matinal.
Yo, en otra cama a metros de ella, desperté,
su cuerpo en convulsión, agitado en espanto.

¿Que hacer, si no somos máquinas al servicio de la alegría?



Alexis José Comamala. Nació en 1979 en Córdoba capital. Trabaja en una librería. Estudio dos años de Comunicación Social, luego se paso a Letras Modernas, esta última todavía en veremos. Trabajó en una Biblioteca Popular entre otros quehaceres. Participa del grupo Pan Comido con el cual editó la plaqueta de poesía Ensayo mi muerte (2007), con dibujos de Agustina Murcia, el libro El día más parecido (2008) antología del grupo Pan Comido, plaqueta negra El naufragio (2009) con dibujos de Jorge Cuello. Ha publicado en la página web www.poesia.com.ar, en la revista El títere sin cabeza y Árbol de Jitara, y en el Corredor Mediterráneo (Suplemento cultural del diario el Puntal).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alexis, bienvenido. Poesía tan actual como antigua la tuya. Salud. Miguel.

Anónimo dijo...

Miguel te saludo como a un amigo más alla de las tallas que les has dado a estas palabras sin barco mias.

un abrazo, alexis